miércoles, 8 de junio de 2016

UN PUENTE SOBRE EL RÍO POLOCHIC

 Al filtrarse en la espesura los primeros rayos de sol, la luz irrumpió dorada como densa miel, despertando a los pájaros en un coro alborotado .
Abundante espuma y en ella pequeños remolinos se formaban en la corriente cuando aquella especie de casa flotante abría el gran río Polochic, transportando gente,carga, uno que otro vehículo y un cacaste de sueños llenos de ilusiones y esperanzas.


El valle de Polochic, tenía muchos encantos; el río que serpenteaba caprichosamente hasta llegar al lago de Izabal
  Este viaje con estos tres vehículos que van junto a nosotros, con todas esas maletas y toda esta gente, es irrepetible.
Dentro de poco solo será un recuerdo, como lo será también esta balsa cuando un puente se eleve por encima tratando de unir estas dos orillas que siempre estarán separadas.








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